jueves, 27 de octubre de 2011

La escolástica y Comenio

Martha Jackeline Márquez de Santiago
Licenciada en Letras
Seminario de Historia de la Pedagogía
Maestría en Ciencias de la Educación
26 octubre 2011.
LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA Y LA ALTA ESCOLÁSTICA
La humanidad que vive en constante cuestionamiento y evolución es la que en gran medida ha generado ese movimiento ascendente y en ocasiones descendente a través del cual se ha llegado hasta nuestros días con la clase de adelantos que se pueden percibir y esto gracias a los juicios, debates y producción de ideas que surgen a cada momento  por las necesidades emergentes y por la curiosidad que caracteriza al hombre se producen nuevos preceptos y nuevos conocimientos que vienen a derrocar los ya existentes o a complementarlos.
La educación no ha quedado eximida de todo ello y es por esto que pasó y seguirá pasando por un constante ir y venir de modificaciones, estructuras y reestructuraciones en aras de mejorar sus resultados o de responder a los fines inmediatos de las necesidades apremiantes en cualquier etapa de la historia. En la Edad Media se pueden observar varios momentos importantes en el surgimiento de diferentes métodos pedagógicos que formaron parte de la educación del momento y que incluso ahora se retoman o son la base de las formas de enseñanza, claro que con ciertas modificaciones que han sufrido con el paso del tiempo y de las circunstancias.
Durante los siglos VII y VIII la cultura en occidente sufre cambios debido a los problemas de la época con lo que se ve reducida, no obstante, ello permitió la ascensión en un segundo momento al resurgir la educación, inclusive en los lugares más recónditos del continente europeo y lo que cabe resaltar cómo impera en todo ello la educación en la fe, por la fe y con la fe. Pues es de reconocer que los filósofos de este momento se enfocaban en la importancia de reconocer a Dios como el ser supremo en torno al cual debía girar la existencia y por tanto la educación.
La finalidad de educar en esta etapa del ser era la enseñanza de la palabra de Dios y la formación como ciudadanos que se debían a Dios por lo que era imprescindible hacer conciencia de sus acciones para conservar las virtudes. En ese momento los eruditos y filósofos pretendían inculcar el uso de la razón en la sociedad en general pero a la vez el amor por Dios y la fe en él, de ahí se camina a un segundo momento en el que lo importante era conjuntar fe y razón en la educación.
Con todo lo anterior surgen nuevos métodos de enseñanza, se abren nuevas escuelas y comienza a crecer la educación con miras a la creación de individuos cultos y en parte que sirvieran a la sociedad, pues era necesario quien dirigiera el imperio o quien educara en las escuelas, porque hubo un lapso en el que la carencia de maestros se hizo presente y se comenzaron a expedir documentos para este servicio, y para esto se formaban diferentes instituciones según lo que requería la sociedad o lasa formas que se creían correctas para formar a los individuos.

NUEVOS HORIZONTES DE LA ESCOLÁSTICA EN EL SIGLO XII
En este periodo los cambios seguían surgiendo en la educación y la Escolástica de tres a cuatro siglos atrás se convirtió en una escolástica mayor con nuevos horizontes en los que Dios seguía siendo la base del estudio y razonamientos pero ahora más teórico y filosófico basado en la búsqueda de la razón y de la verdad, sin embargo, a la vez es en este tiempo cuando surgen los debates entre pensadores que defendían lo imperioso de la razón y quienes contradecían afirmar que la razón se equivocaba y en cambio el corazón no porque venía del espíritu, esto remite a la teoría de San Agustín que afirmaba que la búsqueda de Dios está en el ser y es ahí donde existe Dios más el ser, el hombre no es Dios.
El juicio extraído de todo ello es que en este periodo y en el anterior el Padre y el Hijo han sido el centro de la educación, se estudia para conocerlos y mediante su conocimiento llegar a la verdad y alcanzar la gracia eterna, pero a la vez, todo ello servía para crear mentes más conscientes de su paso por la vida y de la práctica de las virtudes. Con todo esto no se puede afirmar que se vivía mejor en aquellos años, que no había maldad ni injusticias, no obstante, la educación estaba más apegada a la formación de personas y no de objetos serviles, por lo que cabe preguntarse ¿Qué le hace falta a la humanidad, acaso regresarse a los antepasados y reformular sus acciones?

    
LA REVOLUCIÓN PEDAGÓGICA EN EL SIGLO XVII

El siglo XVII está marcado por un cambio renovador en la pedagogía y es Comenio quien forma parte de esa revolución al contribuir con se forma de pensar en la manera de educar en esta etapa. Comenio continua con la formación escolástiaca pero con la diferencia que se incorpora a esto la nueva ciencia y los nuevos métodos científicos, se seguía educando en la fe, en la religión, mas, ya no basado sólo en el estudio de la palabra de Dios y en su entendimiento, sino que ahora se pretendía cultivar la experimentación mediante la observación o la presentación de objetos concretos a los estudiantes para que los analizarán y encontraran un  conocimiento general que después pasaría a el particular mediante el razonamiento y como lo proponía el pedagogo, con la disección del objeto.
       Comenio es un gran precursor de la pedagogía por ser quien vino a renovar las formas de enseñanza y a establecer mayores oportunidades de educación con las escuelas populares en las que impulsó es estudio para todos y lo más importante, el estudio de todo, es decir, apostaba a una educación en la que, más que preparar para un fin determinado, él aseguraba de mayor utilidad una educación que brindara conocimientos del todo para preparar individuos más capacitados para la vida.
Cabe resaltar que Comenio reconocía que era imposible aprender de todo y todo sobre cada cosa, pero sí era posible saber lo más necesario de todo. Estaba en contra de una educación memorística que llenaba de contenidos sin sentido:
A este planteamiento agustiniano se liga el otro motivo, también agustiniano: la educación no debe ser un “ensacar” ni un “comprimir” datos en la memoria, sino el arte de hacer germinar las semillas interiores, que se desarrollan no por incubación sino cuando se estimula con oportunas experiencias, suficientemente variadfas y ricas y sentidas como siempre nuevas, incluso poe quien las enseña (Comenio recoge asimismo el argumento de San Agustín de que enseñar es aprender mejor lo que se enseña). (Abbagnano, 2009, p. 305).
Este pedagogo contribuyó tanto en los métodos como en las formas de enseñanza y de igual forma hubo otros que coadyuvaron a su tarea, otros más que estaban en pugna pero que no se mencionan en este trabajo por la importancia de observar mayormente lo que Comenio aportó a la educación al crear escuelas aptas para cada etapa de la vida y para cada persona, mencionando la importancia que éste le dio a la educación para las mujeres y también a la educación desde la casa que lo estableció de manera formal para lo que se educaba a los padres para enseñar a sus hijos, forma que en la actualidad sería de suficiente ayuda para contribuir a la construcción de mejores individuos que se forman desde el hogar.
La ideología de Comenio versaba en lo prescindible la educación para el ser, sostenía que los problemas de la persona giraban en torno a la falta de educación o a la educación incorrecta, para él la educación deberá de ser apropiada para cada individuo y si era así no habría problemas de ningún tipo, por lo que se le compara con la Utopía de Tomás Moro, esa parece ser una gran aportación de él a la pedagogía, mas, cabe resaltar la importancia de conocer en un mudo tan globalizado en el que la multiculturalidad es lo de hoy qué se puede hacer al respecto, cómo conocer cuál es la educación apropiada para cada individuo y cómo propiciarla en lo largo y ancho del globo terráqueo.

 Referencias consultadas
Abbagnano, N. Y A. Visalberghi. (2009). Historia de la pedagogía. México: Fondo de Cultura Económica. La educación cristiana primitiva y la patrística (150-316).

miércoles, 19 de octubre de 2011

La educación cristiana primitiva y la patrística

Maestría en Ciencias de la Educación
Seminario: Historia de la Pedagogía
Docente: Manuel Sánchez Guerrero
Lic. Martha Jackeline Márquez de Santiago
19/10/2011

LA EDUCACIÓN CRISTIANA PRIMITIVA Y LA PATRÍSTICA
Desde los inicios de la humanidad el hombre se ha caracterizado por ser curioso ante los espectáculos que percibe en su entorno y mucho más ante su propia existencia, origen y finalidad, es por ello que en el transcurso de de la historia han existido deferentes hipótesis acerca del umbral del hombre, de cómo debe vivir y de qué será después de su muerte. La creación mental de un ser supremo al cual se le debe la existencia y para quien se debe vivir acorde a lo que se considera que él desea ha llevado a la creencia y adoración de diferentes dioses fundadores del planeta tierra y todo lo que en él existe, no obstante esa construcción de juicios es aprobada y desaprobada constantemente y por ende superada por nuevos pensadores, que construyen aportaciones más recientes y, que en ese momento en que surgen, se les considera como concretamente verdadero.
     Mediante ese devenir de la existencia se ha avanzado a lo que hoy en día se conoce y en quien se cree y se le rinde culto, y la existencia terrenal de Jesucristo vino a probar esos juicios y a derrocar la infinidad de concepciones con respecto al ser o seres supremos (según la cultura de la que se hable) influyendo en gran medida en la cultura, educación y forma de vida de los seres humanos. Abbagnano hace una clara referencia a esa época medieval en la cual diferentes pensadores y filósofos se cuestionaron con la finalidad de construir una teoría justa y válida sobre Dios, su efectividad y la relación con los hombres en cuanto a ser creador y perfecto con quien se regresará en cualquier momento, pero los debates giran en torno a ese cómo será esa partida definitiva del mundo terrenal y cómo se puede alcanzar la vida eterna.
     Más que estar de acuerdo con las posturas de los filósofos, presentadas por el autor, se puede retomar a cada uno y encontrar lo rescatable de todas éstas, pues lo principal es que todas coinciden en la importancia de la existencia de Dios que se manifiesta en el alma de cada persona y que él creó a la humanidad y de alguna forma ésta volverá tarde o temprano pero en estas posturas se resalta la importancia de la educación en el tema de la religión, puesto que para crear individuos religiosos era menester educarlos, catequizarlos, entonces cada idea creada por los pensadores de alguna forma vino a servir de peldaño para acceder a construcciones más firmes con respecto a Dios y a cómo se debe educar para ser seres de la Ciudad de Dios (como la nombra San Agustín).
     Sin duda las tesis de San Agustín formaron parte de esas contribuciones filosóficas y religiosas en esa época, no obstante, en la actualidad se pueden retomar para concientizarse de quién es Dios, qué es el bien y el mal y cómo se debe educar a la ciudadanía, entre muchas propuestas que aporta el santo, éstas son las de mayor interés debido a que hablan de la formación de los individuos. En el texto se hace referencia al transcurso del proceso educativo de la humanidad en la edad media para lo cual se fue transformando la educación en relación a las necesidades de la época y de los encargados de impartirla.
     En sus inicios la educación fue propagada, en gran parte, por la Iglesia para catequizar a los individuos y para formar a los dirigentes de la misma, sin duda la Biblia fue un instrumento preciso y, hasta la actualidad, el más sabio y coherente para formar seres conscientes de su existencia y de su comportamiento. Es por ello que la aportación más importante de San Agustín en torno a la educación es el establecer un lazo estrecho entre Dios, el alma y la educación, pues él define a Dios como el ser supremo y perfecto que se percibe en lo profundo del alma y es en ella donde nace la educción. Entonces el maestro no es el que enseña, sino, promueve el rescate de ese conocimiento y para ello es fundamental que el docente tenga las ganas y el empeño de cumplir con su papel de otra forma sólo estaría coartando esa introspección del educando para hacer fluir su alma, su discernimiento sobre las cosa, sobre el mundo o lo que hay más allá de éste, y esto es más que nada formación y no, únicamente, aprendizaje.
    
Referencias consultadas
Abbagnano, N. Y A. Visalberghi. (2009). Historia de la pedagogía. México: Fondo de Cultura Económica. La educación cristiana primitiva y la patrística (133-149).