miércoles, 19 de octubre de 2011

La educación cristiana primitiva y la patrística

Maestría en Ciencias de la Educación
Seminario: Historia de la Pedagogía
Docente: Manuel Sánchez Guerrero
Lic. Martha Jackeline Márquez de Santiago
19/10/2011

LA EDUCACIÓN CRISTIANA PRIMITIVA Y LA PATRÍSTICA
Desde los inicios de la humanidad el hombre se ha caracterizado por ser curioso ante los espectáculos que percibe en su entorno y mucho más ante su propia existencia, origen y finalidad, es por ello que en el transcurso de de la historia han existido deferentes hipótesis acerca del umbral del hombre, de cómo debe vivir y de qué será después de su muerte. La creación mental de un ser supremo al cual se le debe la existencia y para quien se debe vivir acorde a lo que se considera que él desea ha llevado a la creencia y adoración de diferentes dioses fundadores del planeta tierra y todo lo que en él existe, no obstante esa construcción de juicios es aprobada y desaprobada constantemente y por ende superada por nuevos pensadores, que construyen aportaciones más recientes y, que en ese momento en que surgen, se les considera como concretamente verdadero.
     Mediante ese devenir de la existencia se ha avanzado a lo que hoy en día se conoce y en quien se cree y se le rinde culto, y la existencia terrenal de Jesucristo vino a probar esos juicios y a derrocar la infinidad de concepciones con respecto al ser o seres supremos (según la cultura de la que se hable) influyendo en gran medida en la cultura, educación y forma de vida de los seres humanos. Abbagnano hace una clara referencia a esa época medieval en la cual diferentes pensadores y filósofos se cuestionaron con la finalidad de construir una teoría justa y válida sobre Dios, su efectividad y la relación con los hombres en cuanto a ser creador y perfecto con quien se regresará en cualquier momento, pero los debates giran en torno a ese cómo será esa partida definitiva del mundo terrenal y cómo se puede alcanzar la vida eterna.
     Más que estar de acuerdo con las posturas de los filósofos, presentadas por el autor, se puede retomar a cada uno y encontrar lo rescatable de todas éstas, pues lo principal es que todas coinciden en la importancia de la existencia de Dios que se manifiesta en el alma de cada persona y que él creó a la humanidad y de alguna forma ésta volverá tarde o temprano pero en estas posturas se resalta la importancia de la educación en el tema de la religión, puesto que para crear individuos religiosos era menester educarlos, catequizarlos, entonces cada idea creada por los pensadores de alguna forma vino a servir de peldaño para acceder a construcciones más firmes con respecto a Dios y a cómo se debe educar para ser seres de la Ciudad de Dios (como la nombra San Agustín).
     Sin duda las tesis de San Agustín formaron parte de esas contribuciones filosóficas y religiosas en esa época, no obstante, en la actualidad se pueden retomar para concientizarse de quién es Dios, qué es el bien y el mal y cómo se debe educar a la ciudadanía, entre muchas propuestas que aporta el santo, éstas son las de mayor interés debido a que hablan de la formación de los individuos. En el texto se hace referencia al transcurso del proceso educativo de la humanidad en la edad media para lo cual se fue transformando la educación en relación a las necesidades de la época y de los encargados de impartirla.
     En sus inicios la educación fue propagada, en gran parte, por la Iglesia para catequizar a los individuos y para formar a los dirigentes de la misma, sin duda la Biblia fue un instrumento preciso y, hasta la actualidad, el más sabio y coherente para formar seres conscientes de su existencia y de su comportamiento. Es por ello que la aportación más importante de San Agustín en torno a la educación es el establecer un lazo estrecho entre Dios, el alma y la educación, pues él define a Dios como el ser supremo y perfecto que se percibe en lo profundo del alma y es en ella donde nace la educción. Entonces el maestro no es el que enseña, sino, promueve el rescate de ese conocimiento y para ello es fundamental que el docente tenga las ganas y el empeño de cumplir con su papel de otra forma sólo estaría coartando esa introspección del educando para hacer fluir su alma, su discernimiento sobre las cosa, sobre el mundo o lo que hay más allá de éste, y esto es más que nada formación y no, únicamente, aprendizaje.
    
Referencias consultadas
Abbagnano, N. Y A. Visalberghi. (2009). Historia de la pedagogía. México: Fondo de Cultura Económica. La educación cristiana primitiva y la patrística (133-149).

3 comentarios:

  1. Hola Jaky, considero que realizaste un buen análisis de la lectura, puesto que resaltas las ideas principales. Sin embargo, en lo que estoy de acuerdo es cuando haces mención sobre el significado que San Agustín le otorga a Dios, el ser supremo y perfecto que se percibe en lo profundo del alma y es en ella donde nace la educación, por lo tanto esto explica que todo ser humano que desee enseñar debe de ser una persona con voluntad y vocación propia.

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  2. Hola Jacky, veo que realizaste muy buen ensayo, aunque al principio me pareció algo confusa la lectura, estoy de acuerdo contigo de que hay que rescatar las posturas filosóficas de cada uno y encontrar lo importante de todas ya que coinciden en la existencia de Dios y que se manifiesta en el alma de cada persona.

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  3. Las formas de enseñanza que la historia nos manifiesta, dejan un abanico amplio en el entendimiento de las razones por las que se educaba en la fe, amor, caridad y respeto, de esta didáctica histórica qué podremos rescatar en la actualidad, pudiéramos emerger en el campo interdisciplinario y multicultural de la educación, pero cómo estamos aplicando la didáctica en la actualidad. Saludos

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